Nuestro maestro del rapé

Javier

“Nací aquí en Brasil, pero nos mudamos a Venezuela cuando tenía menos de un año. Viví 28 años allí. Tuve mi primer contacto con las medicinas ancestrales de la mano de los taitas de Colombia y más tarde conocimos las medicinas de los Piaroa, en Venezuela. Después me volví a Brasil y contacté con algunos maestros que trabajan con la medicina ancestral del rapé, con ellos aprendí a entender lo que significa el rapé, cómo trabaja y cura a nivel físico y espiritual. Posteriormente comencé la carrera de farmacia, que todavía no he terminado, pero me ha servido mucho para entender con más profundidad la parte más farmacológica y la parte química de las medicinas ancestrales. La perspectiva científica me ha permitido tener un conocimiento mucho más profundo para elaborar las medicinas combinando tradición y ciencia. Vengo de una familia naturista, mi padre es apicultor con más de 35 años de experiencia y siempre estuvo en contacto con la medicina natural, la medicina de las plantas. Debido a eso tuve una conexión con la naturaleza y con las plantas desde bien pequeño. Hoy en día estamos entre los mejores productores de rapé del país. Gracias a ese compromiso, estudio, respeto y ética puedo decir que tengo la dicha de producir uno de los mejores rapés, más profundos y con más presencia en Brasil.”

La situación del rapé

Lo que está pasando aquí en Brasil con la medicina da miedo. Da miedo en el sentido de que hay una proliferación de personas despiadadas que se están apropiando su uso y aprovechándose de la sensibilidad de la gente que va buscando sanación y sacan beneficio de eso.

Por eso, muchos de esos rapés que ves en webs y que pone: “el verdadero rapé de la Amazonia”, ¿cómo puedes saber que eso es verdad?

Te puedo decir que el 75% de esos rapés que venden en esas webs son pura falacia.

Aquí tengo clientes que, cuando no tengo rapé, o estoy viajando, prefieren esperar a que vuelva para comprármelo a mí en vez de a otras personas. Y yo, con eso, no me engrandezco, solamente agradezco la oportunidad de haber llegado a ese punto gracias a personas que me mostraron caminos y conocimientos. Y, por otro lado, yo he ido profundizando y perfeccionando porque soy un científico. Entonces, ¿qué pasa con esos rapés? Son rapés basura. Hay unas fábricas de ladrillos en el Acre y otros estados donde usan madera para generar calor y poder hornear esos ladrillos. Usan toneladas de madera de cualquier tipo, incluso podridas, en los hornos. Mucha gente va a recoger esas cenizas venenosas y las vende como rapé. Comprar rapé es una cuestión delicada… hay que ser precavido, porque es una medicina que entra en tu cuerpo y tienes que saber cuál es su procedencia.

Entonces es importante difundir esta información, sin que parezca grosera, petulante o difamadora, con equilibrio.